La ciudad de Antigua Guatemala fue la tercera capital que los españoles establecieron luego de una catastrófica inundación que sufrió la segunda capital llamada Valle de Almolonga un 11 de septiembre de 1541.
Esta tercera capital fue asentada en 1543, y nombrada Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala en 1566.
Riqueza y orgullo histórico.
Pocos lugares en el mundo conservan tantos elementos, imágenes, calles y arquitectura del pasado como La Antigua Guatemala.
Este fue el resultado del constante esfuerzo de sus religiosos, gobernantes y pobladores por reconstruir una serie de edificaciones que una y otra vez eran derribadas por terremotos, siendo afectadas incluso por la inundación de rocas y lodo proveniente de un deslave del volcán Hunapú, el cual más tarde fue llamado “Volcán de Agua”.
Esta ciudad es fuente de admiración y respeto, no sólo por la majestuosidad de sus construcciones y muros en general, sino por las personas que hicieron posible mantener a la ciudad en pie.
Ubicada hacia al oeste de Guatemala, a tan sólo 45 minutos de la ciudad capital, reúne un conglomerado de iglesias, ermitas, conventos, museos y ruinas de gran relevancia, cuya importancia trasciende hasta nuestro presente.
Hogar de amables “antigüeños”, y segundo hogar para muchos extranjeros que han decidido quedarse, este destino turístico tiene una relevancia cultural e histórica muy importante para el mundo.
Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO , organización que reconoce, hasta este año, 812 lugares de esta categoría por diversas razones, entre ellas los esfuerzos realizados para su reconstrucción y constante revitalización, así como el respeto de normas de conservación que mantienen estos tesoros muy parecidos a su estado original.
La ciudad de Antigua Guatemala fue la tercera capital que los españoles establecieron luego de una catastrófica inundación que sufrió la segunda capital llamada Valle de Almolonga un 11 de septiembre de 1541.
Esta tercera capital fue asentada en 1543, y nombrada Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala en 1566.
Los terremotos de 1773 la destruyeron casi en su totalidad, a pesar de haber sido una ciudad proscrita y abandonada para crear una nueva capital, paulatinamente sus pobladores volvieron a darle vida a la ciudad que hoy es uno de los mayores atractivos turísticos de Guatemala.
Su arquitectura colonial aún conserva sus características, como si el tiempo se hubiera detenido.
Después de los descubrimientos de Cristóbal Colón, la Corona Española se interesó en las riquezas que poseía el territorio mesoamericano, estas tierras sin explorar motivaron a los españoles a una aventura, con el fin de conquistar y asentarse en este nuevo mundo.
A 20 años de la llegada de Colón, embarcaciones españolas habían anclado en varios lugares de América, entre ellos, Guatemala y México.