La Sierra de las Minas es una cadena de montañas con una amplia variedad de elevaciones que van desde 10 hasta 3,010 msnm. lo que ha permitido la formación de diferentes tipos de ecosistemas y bosques, los cuales abarcan desde monte espinoso seco hasta bosque nuboso.
La Sierra de las Minas se destaca como una importante fuente de agua dulce, de ella nacen más de 63 ríos que alimentan los caudales de los ríos Motagua, Polochic y San Jerónimo.
La Sierra de las Minas cubre 242,642 hectáreas (2,426 km2) y es una de las Reservas de Biosfera reconocidas por el programa “El Hombre y la Biosfera” (MAB) de las Naciones Unidas y ha estado bajo nuestra administración y protección desde 1990.
La gran variedad de alturas, junto con el estado de preservación de los bosques, hacen que la Reserva guarde una importante riqueza natural. En la Sierra de las Minas se conserva la más amplia extensión de hábitat a nivel mundial para el Quetzal, ave nacional y emblemática de Guatemala.
En total se han reportado más de 885 especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios en el área. Los bosques de la Sierra de las Minas contienen al menos 15 especies de coníferas tropicales que la convierten en un maravilloso banco genético.
Los recursos de la Sierra de las Minas tienen un gran valor intrínseco como parte del patrimonio natural, pero también son muy valiosos desde el punto de vista socioeconómico. El agua que nace en la Sierra de las Minas tiene una gran importancia económica ya que abastecen el uso doméstico de más de 400,000 personas, uso agroindustrial e hidroeléctrico.
En los bosques de la Sierra de las Minas hay más de 100,000 hectáreas (1,000 km2) de terreno destinadas a producción y manejo agroforestal lo cual representa un enorme potencial económico para la región y el país.
En realidad no se trata de un único destino, sino de múltiples lugares que permiten las caminatas, la observación de aves y el contacto con la naturaleza.
En su paso por el Progreso, la Sierra de las Minas cuenta con varios microclimas y zonas de vida, como es el caso del Cero Pinalón, la mayor reserva de bosque noboso de Centroamérica. en el corazón del bosque no hay mayores servicios para turistas, a no ser por un servicio de cabañas administrado por defensores de la Naturaleza.
No importa la experiencia en montaña que se tenga, es recomendable comunicarse con ellos para contratar un guía que acompañe al grupo y así apreciar de manera segura esta imponenete cordillera.