Playa Blanca Izabal, Guatemala

Playa Blanca

Un paraíso tropical

Guatemala cuenta con numerosas playas tanto en el Océano Pacífico como en el Atlántico. Debido a la naturaleza y pasado volcánico del país la mayoría son de arena oscura, pero Playa Blanca resalta como una de las excepciones por su arena clara.

Está ubicada en el departamento de Izabal y se llega en lancha, tanto desde Livingston como desde Río Dulce o desde Puerto Barrios. El viaje dura aproximadamente una hora o más dependiendo desde qué punto tomes la lancha.

Playa Blanca es una área privada y protegida pero permite el acceso público. Restringe toda actividad de construcción por lo que no hay hoteles ni restaurantes en el lugar, el cual permanece como un santuario en su estado natural.

Te sorprenderá la nobleza de sus aguas, ya que puedes nada hasta 60 metros adentro sin que la altura del agua sobrepase tu pecho. Es común encontrar familias jugando mar adentro sin ningún peligro. Su suelo es uniforme y carente de formaciones de coral que pudieran lastimar tus pies. Sin embargo, te recomendamos usar zapatos de playa.

Lo mejor es que tomes una lancha desde Río Dulce, por ser todo un centro turístico con mayor infraestructura y comodidades que el resto de destinos cercanos.
Cómo llegar a Playa Blanca

A Río Dulce, Izabal, llegas desde la Ciudad de Guatemala en aproximadamente cuatro horas en auto, conduciendo por la carretera al Atlántico pasando por El Rancho, Río Hondo y el cruce de Zacapa e Izabal (ve rumbo hacia la izquierda).

El precio del transporte en lancha varía, ya que los lancheros cobran por el cupo y no por pasajero. Por ello tu pasaje variará de acuerdo a cuantas personas la compartan contigo. Una lancha privada es mucho más rápida, pero su tarifa es más cara.

La lancha lo dejará a la orilla de la playa, sin muelles ni otra señal de intervención humana, a primera vista, que no sean las hamacas tendidas entre palmeras y un rancho donde es posible comprar cocos y aguas.  La playa, de más de 600 metros de extensión-debe su nombre al color de arena, poco frecuente en nuestro país, es posible caminarla a lo largo encontrando ensenadas casi ocultas que permitirán sentirse como las únicas personas sobre la tierra.  En temporada alta hay ofertas de comida hecha por habitantes de un caserío cercano, o también puede optar por llevar sus propios refrigerios.  El lugar cuenta con regaderas y baños completos que los administradores mantienen limpios.

Cualquier expectativa de cómo debe verse el Caribe, con aguas cristalinas, arena blanca, cielo azul y mucha paz, será ampliamente superada en este lugar.

Comentarios!

Comentarios