Las grutas de Actún Can o la casa de piedra de la serpiente, contiene misterios por descubrir y son un atractivo turístico que relatan, entre otras cosas.
Parte de la historia prehispánica de la región, en donde el visitante puede caminar casi un kilómetro con iluminación, en senderos que ya han sido identificados, aunque tienen 2.5 kilómetros de largo, y disfruta de un ambiente caracterizado por cientos de murciélagos que vuelan de prisa entre las estalactitas y estalagmitas, de colores blanco, verde y rosa que han formado diseños a lo largo del recorrido, encontrándose también símiles de caras, animales y objetos
En sus espacios resuena en ocasiones, el sonido del caracol, acompañando las oraciones de las ceremonias que presiden los guías espirituales.
Según la tradición oral de los peteneros, estas cuevas fueron un “lugar sagrado de los mayas”, en la actualidad hay sacerdotes mayas que acuden para celebrar ceremonias como: bodas petición de buenas cosechas y oraciones especiales.
Según Mario René Jurado guía del lugar, las grutas fueron descubiertas entre los años 1920-1927 y que existen varias versiones de su descubrimiento. La predominante es que un grupo de cazadores de animales las localizó.
Para llegar a las Cuevas de Actún Kan, primero hay que ubicarse en Petén, al norte de la Ciudad de Guatemala (llegando vía carretera CA9, o «Carretera al Atlántico»), pasando por Izabal y luego hacia el norte sin peligro de perderse. Se puede llegar también desde Cobán vía Sayaxché siguiendo también al norte. Ya ubicado en Flores, Petén, es tan fácil y tan cerca, que cualquier mototaxi (o «tuc tuc») que circula por las calles de Petén puede llevar al visitante.
Pero si el visitante prefiere ir por su cuenta, puede llegar en auto o bicicleta, ubicándose en el puente que va a la Isla de Flores, busca el Hotel Maya Internacional y tomar toda la 8va avenida, recto hacia el sur.